Las Bacterias en los Alimentos

No es algo de lo que seamos muy conscientes, pero lo cierto es que vivimos rodeados de bacterias en los alimentos que consumimos. Es algo muy habitual, además también hay virus, sustancias químicas nocivas o parásitos.
Estas son algunas de las bacterias más conocidas que podemos encontrarnos:

Bacterias en Alimentos Frecuentes

– Bacillus cereus: puede ocurrir después de comer alimentos donde esté presente la bacteria y sus toxinas hayan crecido. Se caracteriza por episodios de vómitos, náuseas, malestar generalizado y posible diarrea.
– Campylobacter: es muy frecuente, incluso más que la salmonella, sobre todo la podemos encontrar en la carne de pollo.
– Staphylococcus aereus: presente en algunos productos precocinados, ahumados o en conserva. Puede producir enfermedades, que van desde infecciones cutáneas y de las mucosas, hasta enfermedades como osteomielitis, meningitis o sepsis.
– Salmonella: una de las principales causas de la gastroenteritis bacteriana. La cual cursa con síntomas de diarrea, vómitos y nauseas.
– Eschericchia coli: en algunas carnes crudas o poco hechas y agua contaminada. Sus síntomas son: náuseas o vómitos, agotamiento, fiebre o cólicos abdominales.

¿Cómo podemos evitar consumir estas bacterias?

La mayoría pueden eliminarse siguiendo sencillos consejos. A continuación os citamos algunos de los más prácticos y sencillos:

  • No dejar los alimentos cocinados mas de 2 horas a temperatura ambiente. Refrigerar lo antes posible por debajo de los 5 grados centígrados
    – No guardar durante mucho tiempo alimentos, aunque sea en el frigorífico.
    – Cocinar muy bien el pescado y la carne. Si los alimentos alcanzan una temperatura de 70 grados centígrados, la mayoría de agentes infecciosos son eliminados.
    – Fregar bien todos los platos, sobre todo aquellos en contacto con alimentos crudos.
    – No cocinar, ni manipular alimentos si estamos con vómitos o diarrea.
    – Respetar la fecha de caducidad de carnes y pescados, así como su manera de conservación.
    – Lavar bien toda la fruta y verdura.
    – No descongelar los alimentos a temperatura ambiente, no romper la cadena de frio.
    – Guardar los alimentos en recipientes con tapas, bien cerrados.
    – Los análisis previos de los alimentos nos evitarán estos riesgos innecesarios.

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