La salmonelosis o salmonela es una enfermedad que contraen frecuentemente tanto los seres humanos como los animales de diferentes especies. Algo importante es que el germen causante está diversificado en muchos serotipos. Algunos, los menos patógenos, no tienen una relevancia notable en la sanidad animal, puesto que no causan mayores problemas. Otros, sin embargo, afectan de manera sobresaliente a las empresas ganaderas.
La presencia de Salmonella en animales puede provocar toxiinfecciones alimentarias al consumir la carne o los productos de origen animal (huevo, leche, subproductos alimenticios…) sin adoptar las medidas de prevención que resultan eficaces. Aunque esta enfermedad afecta a todos los animales domésticos, los más susceptibles de contraerla son los más jóvenes, las hembras gestantes y las crías lactantes.
¿Cómo se puede contraer la salmonelosis?
La principal vía de contagio es el consumo de carne infectada o de derivados del animal. Pero también pueden darse casos de transmisión por la mera exposición permanente ante reses vacunas, cerdos o aves infectadas. Esto, obviamente, ocurre con mucha más asiduidad en trabajadores del ámbito ganadero y distribuidores de alimentos de esta naturaleza.
Síntomas de la infección por Salmonella
- El primer síntoma de que un animal padece esta infección se manifiesta en el tracto intestinal, aunque hay otros indicios que ofrecen sospechas de que la ha contraído. Así, si un ganadero se encuentra ante el aborto de una vaca, un problema de artritis, una septicemia aguda o deficiencias respiratorias, deberá acudir al profesional veterinario lo antes posible para confirmar o descartar tal patología.
- Los casos más peligrosos son, precisamente, aquellos que no se manifiestan visiblemente y se transmiten a los consumidores una vez ingerido el producto de origen animal contaminado. Hay variantes de esta bacteria que se transmiten a cerdos y aves que cumplen con este perfil y son fuente de infección para las personas.
- En humanos, la salmonelosis puede provocar infecciones intestinales y gástricas por ingerir alimentos contaminados. Diarrea, vómitos, fiebre, etc. son algunas de las consecuencias de comer carne o derivados de un animal infectado.
- Aunque lo normal es contraer salmonelosis por ingerir productos procedentes de aves o cerdos infectados, en los últimos años la transmisión de la enfermedad se ha dado con cierta frecuencia a partir de ganado vacuno.
Salmonella, una bacteria muy estudiada
La conclusión más importante es que se trata de una de las enfermedades transmisibles de animales a humanos más estudiadas por las ciencias veterinaria y médica. En concreto, una vía de control muy protocolizada son los análisis microbiológicos de los piensos para evitar su transmisión al ser humano.
No obstante, es necesario un trabajo de prevención y de higiene a gran escala para cortar la cadena infectiva de los animales en relación con Salmonella. Ello deriva no solo en el sacrificio de innumerables cabezas de ganado, sino, obviamente, en cuantiosas pérdidas económicas y en detrimento del prestigio de los profesionales de la ganadería para el consumidor y el sector de la distribución de alimentos.
Por eso desde Ainprot contamos con un servicio de laboratorio y análisis para poder evitar este tipo de problemas.